Todo el proceso de creación de una empresa se mueve en un ambiente de incertidumbre que, aunque es imposible de eliminar, se reduce considerablemente gracias al planteamiento de unos objetivos claros y concisos.
El plan de empresa es un documento que le sirve la persona emprendedora para planificar su proyecto de nueva empresa que quiere poner en marcha. Quizás, la primera reacción sea de rechazo, ya que normalmente, lo que cualquiera desea es ponerse inmediatamente manos a la obra y no quiere oír hablar de más papeles. Sin embargo, resulta un ejercicio muy útil escribir el proyecto empresarial que se tiene entre manos.
Es muy habitual oír a nuevas/os emprendedoras/os decir que el proyecto lo tienen "en la cabeza" y que les hace falta ponerlo por escrito. El inconveniente de tenerlo "en la cabeza" es que es muy difícil para los demás evaluarlo, que se corre el riesgo de olvidarse de partes importantes y que únicamente puede ser transmitido por el propietario/a de la cabeza. En realidad, se trata de poner por escrito de forma sencilla y ordenada el proyecto empresarial que se quiere lanzar.
Evidentemente, tener un plan de empresa no es una garantía de éxito asegurado pero puede ser un buen negocio para la futura empresaria. Invertir ahora tiempo y dedicación en pensar por adelantado el proyecto de nueva empresa puede hacer ahorrar muchos recursos cuando empiecen a surgir los problemas. Por contra, cometer errores sobre el papel es mucho más barato que hacerlo en realidad.
A través del plan de empresa se identifica, estudia y analiza la oportunidad de negocio, evaluando la viabilidad técnica, económica y financiera del proyecto.
- Viabilidad técnica: El proyecto tendrá viabilidad técnica si los productos o servicios que va a ofrecer la empresa se obtienen a través de procesos que se puedan llevar a cabo en realidad, que existan los medios necesarios para poder producirlos (mano de obra especializada, tecnología,,,,).
- Viabilidad comercial: El proyecto debe argumentar que existe un mercado para nuestro producto/servicio, y que la cifra de ventas prevista es realista y asumible por la futura empresa.
- Viabilidad económica: El proyecto debe demostrar que va a ser rentable económicamente, la evolución de los beneficios y de la rentabilidad debe ser positiva y estar dentro de la realidad del sector de actividad de la empresa.
- Viabilidad financiera: El proyecto será viable financieramente, si no soporta problemas de liquidez, si tiene un situación equilibrada en cuanto al endeudamiento de la empresa.
- Comprobar la coherencia del proyecto: la realización del plan de empresa permite alcanzar un conocimiento amplio, profundo y objetivo de la empresa que se pretende poner en marcha y constituye para el emprendedor un valioso instrumento para evaluar la viabilidad de su proyecto y reducir considerablemente el riesgo en la puesta en marcha de un negocio. Establecer objetivos y planificar su consecución: en la preparación de este documento no sólo se describen todas las áreas del nuevo negocio, sino también se aprende a fijar objetivos y planificar la manera de alcanzarlos. Por ello, permite al emprendedor medir sus expectativas y sustentar las metas posibles de alcanzar.
- Evaluar el progreso del proyecto empresarial: cuando el nuevo negocio se encuentra en funcionamiento, el plan de empresa servirá como herramienta interna para valorar la marcha de la nueva empresa y sus desviaciones sobre el escenario previsto.
Utilidad Externa
De cara al exterior el plan de empresa constituye nuestra mejor «tarjeta de presentación» y resulta útil a diversos niveles:
- Obtener la financiación necesaria para lanzar el negocio. Si el propósito de nuestro plan es captar una inversión convendrá subrayar que se ofrece una rentabilidad excelente contra un riesgo muy escaso. Para ello será necesario recabar toda información económica de la que dispongamos y detallar el beneficio que podrá obtener el inversor sobre el capital que haya invertido. Los inversores que leen un plan de empresa quieren ver la demostración, buscan datos para convencerse de que es cierto lo que están leyendo. Por ello, necesitamos aportar datos y hechos que permitan apoyar nuestros supuestos. Todo lo que se diga debe sustentarse con datos. Por otra parte, debemos demostrar que el promotor o equipo de promotores está capacitado para lograr los objetivos que se plantean en el proyecto empresarial. Por ello, resulta especialmente recomendable incluir el currículum del emprendedor o los currículos de las personas implicadas en la puesta en marcha del nuevo negocio.
- Optar a posibles subvenciones de las administraciones públicas. Si se trata de conseguir subvenciones de entidades públicas habrá que documentarse previamente sobre qué condiciones debe cumplir el proyecto empresarial para acceder a esas ayudas. Verificar si nuestro proyecto puede ser receptor de la subvención y explicar en el plan de empresa cómo se satisfacen las condiciones que piden. Las entidades públicas prestarán más atención a aspectos como la creación de puestos de trabajo, la utilización de nuevas tecnologías o el beneficio social que supondrá la empresa.
- Encontrar socios o convencer a estos del mérito del proyecto. El proyecto empresarial debe recoger principalmente un modelo de negocio que demuestre que el emprendedor o el equipo de emprendedores ha meditado en profundidad los impulsores clave del éxito o el fracaso para su nueva empresa.